El yoga es una disciplina holística que se originó en la antigua India.

La palabra «yoga» proviene del sánscrito y significa «unión» o «yugo», refiriéndose a la unión de la mente, el cuerpo y el espíritu. El yoga implica prácticas que combinan asanas (posturas físicas), pranayamas (ejercicios de respiración), meditación y ética para promover el equilibrio y la armonía en todas las dimensiones de la persona.

Existen diversas formas y estilos de yoga y seguramente tú te sentirás más en sintonía con una variante que con otra así que mi consejo es que si aún no has probado esta maravilla de disciplina, empieces porco a poco, suavemente y con cariño en aquella que te llame la atención 🙂

El yoga no se limita solo a la actividad física, también incorpora prácticas de meditación y atención plena para calmar la mente y mejorar la conciencia. Además, se basa en principios éticos y filosóficos, como los ocho pasos del yoga delineados por el sabio Patañjali en los Yoga Sutras.

Muchas personas practican yoga para mejorar la flexibilidad, fortaleza, equilibrio y/o para reducir el estrés, que todo ello está muy bien si tienes una práctica continua, pero para mí, lo más importante es el bienestar que se te queda en tod@ tu enter@ porque además de los beneficios físicos que te aporta, el yoga busca cultivar una mente tranquila y enfocada, promoviendo un sentido de bienestar holístico.

Es importante destacar que el yoga es accesible para personas de todas las edades y niveles de condición física. Se puede adaptar para satisfacer las necesidades individuales, y cada persona puede encontrar el estilo de yoga que mejor se adapte a sus preferencias y objetivos.